La serie minimalista cedió espacio y regresaron las texturas que hicieron estallar los cielos saturándolos de pequeñas serpientes, gusanos, electrones o tal ves espermatozoides tratando de ganar la carrera y ser los primeros en penetrar esos círculos que recuerdan óvulos femeninos ávidos por ser fecundados.
Pero agudizando aún mas la imaginación estos óvulos podrían también ser agujeros, a veces negros, a veces azules o a veces blancos y los espermatozoides rayos de luz que se curvan en todas direcciones incitando al tiempo a hacer lo mismo, y todos siguiendo excitados patrones cuánticos.