Toda Caracas esta rodeada de cinturones de miseria que vigilan y custodian a todos quienes viven en el medio cerro abajo.

Excusa ideal para cuando se quiere captar en un lienzo aglomeraciones infinitas.

De noche recuerdan hermosos portales navideños con luces que pareciera  que titilan de felicidad. Pero amanece y se muestra la pobreza, la miseria, la muerte, el hambre, la impunidad donde nunca ha pisado autoridad alguna y la ley la imponen a su antojo una manada de malandros y mafiosos

Se inicio hace décadas con una capa de techos, pero las familias crecieron como conejos y se fueron apilando capas y capas de nuevos techos sin orden alguno, que solo provoca preguntarse que impide que se desploman montana abajo.

Los cimientos fueron cavados por 50 años de podridas democracias que olvidaron que esta gente existía, y los techos por 15 años de revolución trasnochada que no entiende que las ideologías son cosa del pasado.

Pareciera de lejos una masa solida de ladrillos mal pegados y de zinc podrido, pero no, por doquier hay caminos, veredas por donde circulan como hormigas sus moradores, sin saber que sorpresa los espera a la vuelta de la esquina